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¿Cómo Gestionar Las Emociones Negativas?

By 15/03/2021No Comments

¿Ansiedad? ¿Tristeza? ¿Culpa? estás en el lugar adecuado para aprender a gestionar las emociones negativas. ¡Vamos a ver cómo podemos manejarlas!🔛

Lo primero que debes saber es que no estás sola/o en esto. Estas emociones nos sacuden a todos y por más que te esfuerces destrozando tu mente para hacerlas desaparecer, nunca vas a desprenderte de ellas.

¡¡Y tampoco debes!! Tu identidad sería pobre si solo le abrieses la puerta a las emociones agradables. 

Y aunque lo intentases no serías capaz, es imposible.

Ya que, si reconoces la alegría y la felicidad, aceptas la tristeza y la culpa.

Quizás podamos aprender a enfrentar emociones negativas de forma que nos hagan más fuertes. De esta forma cuándo vuelvan a aparecer en un futuro ya sabremos como enfrentarlas.

Serán los profesores de nuestra vida.

El objetivo no debe ser hacer que desaparezcan esas emociones negativas ¡NO!

Ni se puede ni queremos, no sería útil para nosotros. Como hemos dicho, necesitamos esas emociones, aunque a priori parezca que solo son negativas.

Recuerda, el mundo lo creas tu a raíz de tu interpretación. La Tierra nos da algunas bases sobre las que crear todo lo demás y a partir de ahí cada persona tiene su propia interpretación sobre el mundo.

Por eso una misma situación para cada persona tiene interpretaciones totalmente contrarias.

Claro, esto suena muy bonito. Gestionar mis emociones negativas y aprender a convivir con ellas. Así de fácil, leyéndome un artículo.

No, eso es imposible. Y quien te lo asegure te está mintiendo. Sino no existirían profesionales como nosotros que ayudan a personas a conseguir cambios como estos.

Es un proceso gradual, en el que se necesita tiempo. «Las cosas de palacio van despacio». Me gusta mucho esta frase, tenía que meterla en algún lado.

¡OJO! Ya has llegado hasta este artículo, lo que significa que estás actuando en busca de la solución, ¡Enhorabuena!

Ya has dado el primer paso casi sin darte cuenta, y una vez empieces este cambio de forma consciente será todo así, no te darás cuenta y «plas» otra emoción negativa que has conseguido atajar mejor que la última vez.

Ahora intentaremos que este artículo te sirva cómo «muleta» en este camino que vamos a recorrer.

Entiendo que se pueda hacer difícil al principio. A nuestra consulta suele venir gente como tú, que quiere empezar un cambio como puede ser una mejor gestión emocional pero no sabe por donde empezar o le cuesta empezar y mantener un progreso…

Si necesitas ayuda no lo pienses dos veces, nuestro objetivo no es escribir un artículo, que lo leas y pienses «Que entretenido».

Queremos que pienses eso y que además tomes acción, ya sea solo o con ayuda.

Pero antes de empezar, vamos a conocer un poco que es esto de las emociones… 

1. ¿QUÉ SON LAS EMOCIONES?

Según Daniel Goleman, todas las emociones son impulsos para actuar, planes instantáneos para enfrentarse a la vida.

En definitiva, impulsos naturalizados que llevan a la acción.

Las emociones tienen una función adaptativa ya que te permiten enfrentarte a metas con exigencias concretas.

Son la antecámara de la acción, vamos a ver porqué:

Si entras a un baño que huele a pañal de prematuro, vas a sentir asco, y automáticamente vas a salir por donde has entrado.

El asco sería la emoción, y la evitación la acción adaptativa. ¿Pura supervivencia e inteligencia? «Si somos».

¿Qué pasaría si tu emoción negativa de «asco» despareciese en este caso?

Bueno en este caso realmente no pasaría demasiado… Te quedarías en el baño disfrutando del olor a… Bueno no vamos a seguir por ahí.

Pero imagínate otra situación; te vas a comer algo, pero no parece tener demasiado buen aspecto y no huele muy bien… No tanto cómo los pañales, pero denota un poco de descomposición.

¿Y si en este caso no sintiésemos asco? Simplemente lo oleríamos sin tener reacción. Nos lo comeríamos y estaríamos comprando un billete directo hacia el hospital.

El asco provocaría la reacción de evitar el alimento, pura supervivencia y adaptación, por eso el asco cómo las demás emociones que vamos a comentar son necesarios.

El problema viene cuándo esas emociones negativas las extendemos más de lo necesario y acaban invadiendo nuestra vida, incluso en momentos en los que no tendrían por que aparecer.

2. ¿CUÁNTO DURAN?

Es muy importante que siempre tengas en mente que las emociones tienen un principio y un final.

Una vez tu cuerpo no necesita la emoción para llevar a cabo la conducta, desaparece. 

Vamos a poner un ejemplo para que nos situemos. ¿Te acuerdas de la niñera mágica?

Las emociones negativas son la niñera mágica. Necesitamos tener una conducta ante algo, aparecen las emociones negativas (la niñera) y cuándo se soluciona el problema desaparece.

Y es necesario que tengas esto presente, porque normalmente las emociones duran menos que un verano en Burgos.

Son formas de estar, pero nunca de permanecer. 

Esta última frase tienes que grabártela a fuego, es muy importante entenderlo.

Lo que permanece son los estados de ánimo y sentimientos que nos producen.

Aunque… te advierto que las emociones negativas suelen permanecer mucho más que las positivas, ya que el ser humano está hecho para sobrevivir y no tanto para vivir, y este instinto de supervivencia nos hace darles más peso para buscar una solución rápidamente. 

Además, a diferencia de los animales, las personas no experimentamos formas «puras» de cada emoción si no que la mayoría de las veces las emociones se dan mixtas (tristeza y asco) y, claro…cuanto más complejos son los estados internos, más difícil de identificarlo y gestionarlo.

Ahora que ya has aprendido que las emociones no son ni fijas ni estables, voy a enseñarte a darle a cada emoción la importancia que tiene para que no extorsionen tu psique, ni tu tiempo….

3. LA PRIMERA: EL FAMOSO ESTRÉS

El estrés es totalmente necesario y evolutivo. Es una reacción fisiológica de tu cuerpo ante lo que te supone un desafío o amenaza.

Es pura supervivencia. Anteriormente nos servía para activarnos en caso de ataques de otros animales o situaciones complejas pero…

En nuestra sociedad actual lo más parecido a que te ataque un animal es que te pite alguien y te grite cuándo vas conduciendo.

El estrés nos aporta un punto de agitación que provoca acordarte del cepillo de dientes antes de viajar… Aunque muchas veces se te siga olvidando.

En realidad, tu  cerebro hace que se liberen una serie de sustancias que provocan que tu cuerpo actúe como si se hubiera tomado un café… o dos.

Te activa para no chocarte contra el autobús en la rotonda, por ejemplo.

Este estrés adaptativo es denominado «eustrés» y se caracteriza por ser pasajero y finalizar cuando la acción termina.

Pero también tenemos un tipo de estrés desadaptativo, que además es el más común en nuestros días y es el que provoca millones de problemas MUY graves en las personas.

Suena muy mundano decir estrés, pero es un gran problema para las persona que lo sufren constantemente de forma desadaptativa.

El nombre que le damos a este tipo de estrés es «distrés».

¿Qué diferencia hay entre ambos tipos de estrés?

El eustrés como hemos dicho es adaptativo, ante una situación peligrosa necesitas estar activado. El problema viene cuándo estamos estresados todo el día, seguro que esto te suena…

Estresados por todo lo que pueda ocurrirte durante el día. Ese estrés es desadaptativo y acaba afectando a tu salud. En muchos casos gravemente.

PERO… ¿DE DÓNDE VIENE EL ESTRÉS?

1. Falta de recursos

El estrés puede venir del pensamiento de falta de recursos. Cuando crees que no tienes los recursos para enfrentarte a una situación.

Por ejemplo; cuando sientes que se te va a salir el corazón antes de entrar a una entrevista de trabajo y crees que no te van a coger porque “no das la talla”.

La verdad del estrés, o mejor dicho distrés, es que aparece por creencias o sentimientos que tienes y pocas veces por una realidad objetiva. 

2. La incongruencia

Si lo que dices, piensas o haces se contradice con tus ideas, sentimientos o valores… Estás perdido. 

Un amigo me ha dicho que muchas veces le ha pasado eso de pensar… “Quiero aprobar, pero que bien estoy en la cama”. A mi no me ha pasado, porque soy muy responsable… 

Esto genera un estado de contradicción entre tu objetivo/deseo y lo que haces. Y acabas con un malestar psicológico denominado disonancia.

Esa disonancia o incongruencia confunde a tu cerebro, y este al estar tan perdido lo primero que se le ocurre es activarte, ESTRESARTE.

APRENDE A SABER LO QUE NECESITAS Y ACTUAR CON COHERENCIA

En las situaciones estresantes de nuestro día a día existe normalmente una demanda y una amenaza.

Por ejemplo, la demanda sería llegar al centro y la amenaza subirte a un bus lleno de gente, ALERTA COVID.

Antes de empezar a hiperventilar intenta analizar la demanda de la situación y actuar en base a los recursos que dispones.

Este ejercicio mental puede serte útil bajo una situación estresante: 

  • ¿Cuál es la situación? ¿Puedo hacer algo para cambiarla?
  • ¿Qué puedo hacer yo para adaptarme a la situación?

Si quiero ir al centro tengo que coger un autobús con mucha gente y no puedo hacer nada para cambiarlo, la gente va a seguir estando ahí.

Bien, pues tendré que buscar opciones para adaptarme… Podría esperar al siguiente autobús, podría ir andando, podría coger un taxi o subirme al autobús y asumir los riesgos pero escuchando un podcast o hablando con alguna amiga para distraerme del estrés que me genera ir rodeado de tanta gente.

Las opciones ya están ahí, solo te queda elegir.

Esta misma situación podría haber generado mucho estrés en la persona si simplemente se hubiese subido al autobús sin haber realizado el proceso que hemos comentado anteriormente.

Habría ido pensando en lo que estaba haciendo todo el camino, asumiendo la responsabilidad de la situación.

De la otra forma estás aceptando la situación tal y como es, de manera realista y seleccionando la opción que más te haya convencido.

¿Qué ocurre? Que muchas veces, el estrés, cuando se mantiene pesa a no actuar bajo una amenaza real, pasa a ser perjudicial y llamarse ANSIEDAD.

LA ANSIEDAD, PRIMA-HERMANA DEL ESTRÉS

El miedo al miedo se convierte en una forma de vida, y sólo quien lo vive lo entiende.

La ansiedad es el miedo a lo que pueda pasar en un futuro, es prima-hermana del estrés.

Tu cuerpo no está hecho para estar constantemente preparándose para la guerra, además… puede resultar física y mentalmente agotador.

¿Tú sabes todo lo que puede pasar en el futuro?

¿Y si vienen los alienígenas y nos invaden dentro de 10 años? Estar pensando constantemente en lo que puede pasar en el futuro es desadaptativo, porque podrían pasar millones de cosas en cada momento.

Si nos tuviésemos que preparar para cada una de ellas no tendríamos tiempo para vivir… Que es lo que le pasa a muchas personas que lo sufren.

Pasan más tiempo de su vida pensando en lo que puede pasar que en lo que está pasando.

Por eso tanto la ansiedad como el estrés son los problemas más grandes de la sociedad actual.

Si te sientes identificada/o con lo que acabo de decir no te preocupes, a la mayoría nos ocurre, pero si sigues pensando que tu nivel de ansiedad o estrés es excesivo no dudes en contactar con un profesional.

De todas maneras vamos a intentar ayudarte con uno de nuestros vídeos.

En Psicología y Comunicación nos gusta hablar de muchas cosas y buscar soluciones o tips que nos puedan ayudar así que por aquí te lo dejo por si le quieres echar un vistazo:

YouTube video

Ahora sí, ya podemos empezar a pensar más profundamente en la ansiedad, ¿Qué cosas caracterizan a la ansiedad?

La ansiedad se caracteriza por:

Un origen irracional: 

Al ser una reacción fisiológica surge de la parte más primitiva del cerebro, lo que lo convierte en un estado que se escapa de la razón y cuesta controlar.

Puedes prepararte una exposición de 10 y experimentar ansiedad por la presión de la situación y acabar olvidándote de la mitad de las cosas que tenías pensado contar.

Así que, recuerda: lo que tú crees no siempre es la realidad, la verdad a veces es contraintuitiva.

Alterar la realidad:

La ansiedad, cuando excede de su función natural pasa a ser producto de las esclavitudes que nos dominan a los humanos.

Estas esclavitudes son sesgos cognitivos que nos impiden interpretar correctamente la realidad.

¿¡Ah que todavía no conoces las esclavitudes que todos tenemos en mayor o menor medida!?

Eso significa que no nos sigues mucho por las redes sociales porque no paramos de hablar de ello.

Vamos a repasarlas un poco:

 

La comparación:

La esclavitud de la comparación es justo lo que estás pensando.

Crees que no eres lo bastante bueno/a. Te comparas con otras personas y siempre sales perdiendo… ¿Por qué?

La mayoría de veces nos comparamos en cosas en las que somos peores que la otra persona, justo en lo que esa persona es mejor que nosotros y sobre todo, con la idealización de lo que es esa otra persona.

Es decir, tú no sabes como es completamente esa persona, pero te estás comparando con lo que más destaca de esa otra persona.

¿Y si comparas lo mejor de ti con otra persona que es un desastre en eso mismo? Ahí eres mejor, pero eso no lo hacemos.

Nos limitamos a compararnos cuándo vamos a salir perdiendo y con idealizaciones, recalco.

¿Qué tal si nos comparamos con nosotros mismos?

¿Qué tal si cada vez que te compares te preguntes y cuestiones por qué lo estás haciendo? ¿Esa persona es tan perfecta como la estoy pintando? ¿Y si lo es, por qué me comparo justo en ese detalle en el  que voy a salir perdiendo?

No seas tan injusto contigo mismo/a.

El margen de mejora:

Siempre va a haber algo que podamos mejorar. Pero el margen de mejora se refiere a una visión.

Vamos a hacer un ejercicio que solemos hacer en nuestras sesiones y suele cambiar muchos paradigmas…

Pásate por este artículo donde encontrarás el ejercicio y muchas cosas más que explican el margen de mejora.

👉🏽¿Cómo Ser Menos Exigente? ¡Los Pasos Para Conseguirlo!👈🏽

Es muy importante que aprendas a dejar un margen de error porque el mundo es imperfecto, y en cuestión de éxito, no hay garantías.

Acepta tu humanidad, no eres tú rendimiento y ni por asomo quedas definido por tus malas experiencias.

La virtud está en agradecer y sentirte orgulloso de lo que has conseguido hasta el momento, ya que para algo te lo has currado, y empezar a crecer a partir de ahí.

 

La expectativa:

Tratar de cumplir las expectativas de los demás es hipotecarse con uno/a mismo/a.

A la larga es vivir en duelo con nuestra identidad y negar lo que eres para ser lo que quieren que seas.

Nunca puedes complacer a todo el mundo, porque tampoco todas las personas te complacen a ti…. a no ser que vendas agua en medio del desierto.

 

¿COMO AFRONTAR EL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD?

Quiero enseñarte a reaccionar, no tanto a la amenaza externa, sino a ti mismo:

1. Identifica la amenaza 

Debes prestar atención a la creencia o el pensamiento intrusivo que está retroalimentando tu ansiedad o estrés.

2. Acepta su presencia

La aceptación del miedo que nos produce un pensamiento es el segundo gran paso para que pierda poder sobre nosotros.

Si eres capaz de exteriorizar aquello que te da miedo, serás capaz de asumir el poder que tiene sobre ti y una vez ocurre esto, su influencia en tu mente pierde peso.

3. No evites las situaciones

Evitar situaciones que te generan ansiedad va a producir más ansiedad respecto a esas situaciones. Esto ocurre en las fobias, trastornos de pánico, trastornos alimenticios y fobias sociales.

Pero también en casos de ansiedad y estrés.

4. Toma acción

Todos los pasos son complicados pero este suele ser el que más cuesta. ¿Cómo lo hago?

Intenta cambiar esos pensamientos y esas acciones poco a poco. Los mejores cambios se hacen así. Intentar cambiarlo todo de golpe y porrazo solo te frustrará.

Tus éxitos estarán en esos pequeños detalles que irán provocando pequeños cambios que con el paso del tiempo pasarán a ser cambios enormes que te ayudarán a vivir más en paz.

5. Toma nota y no te quedes en el intento

Muchas veces tendrás ganas de no seguir esforzándote, ya que pensarás que no estás haciendo nada.

No te das cuenta de los pequeños cambios que vas haciendo. Intenta reflexionar sobre estas situaciones hayas tomado acción o no.

«Esta situación me generó estrés y yo reaccioné de esa manera, ¿Qué podría haber hecho mejor? ¿Qué hice bien?

Anótalo, aunque sea 5 minutos al día te ayudarán a darte cuenta de los pequeños cambios que vas haciendo.

Puede ser un proceso complicado, por eso muchas veces puede hacer falta la ayuda de un profesional. Nuestros ejercicios y nuestro apoyo puede ser de mucha ayuda pero recuerda, la decisión siempre está en ti.

Si quieres cambiarlo, toma acción.

4. SEGUNDA EMOCIÓN: EL PESO MUERTO, LA CULPA

La culpa, es un estado adaptativo que permite asumir responsabilidad y reconocer errores. Las áreas que activan esta emoción ayudan a poner en marcha conductas de aprendizaje y reparación.

Pero a veces, sin tu quererlo, la culpa se puede convertir en una tortura psicológica.

En la vida los excesos son malos, y con las emociones más de lo mismo. Una emoción no es buena ni mala, pero en exceso pasa a ser algo negativo como puede ser el caso de la culpa.

¿CUÁNDO ES LA CULPA PERJUDICIAL?

Cuando la culpa se convierte en un sentimiento, se vuelve en tóxica y contraproducente. 

El sentimiento de culpa no pertenece a la naturaleza humana, es una construcción social, concretamente, una invención mesopotámica.

El pecado fue una manera de educar en la vulnerabilidad, las personas dependían del perdón ajeno para poder liberar el sentimiento. 

Esto ha causado que la sociedad necesite una justificación o aceptación social del error para descargar su mochila de piedras.

La culpa se convierte en una cárcel que te recuerda en cada momento que tú eres eso que tanto te pesa.

PASOS PARA DESCARGAR LA MOCHILA DE LA CULPA

1. Coger perspectiva, vista de pájaro 

¿Eso que te hace sentir mal está basado en tu criterio? ¿O en lo que la sociedad, familia o cultura impone?

 Les Parrott  definió muy bien lo que estamos tratando de comprender diciendo que «si sientes culpa es porque eres culpable».

Que te sientas culpable NO significa que lo seas. El mismo Les Parrott lo definió como «la enfermedad de la falsa culpa».

Y es que muchas veces la culpa aparece por dejar que otras personas te carguen de piedras para que no corras, para tenerte cerca y bajo control.

2. Entiende el proceso

Date un tiempo para entender y aceptar por qué tu cuerpo se siente mal, que es eso que ha ocurrido que no encaja con tus valores.

Piensa, pregúntate y escríbelo si hace falta. Vamos a probar. Escribe todas esas cosas por las que te sientes culpable.

Analízalas y entiende porque te sientes culpable, cómo te sientes exactamente, entiéndete y entiende cómo has llegado hasta ese punto.

3. Convierte la culpa en responsabilidad

Una vez en este punto posiblemente dudes de que todas esas cosas de las que te sentías responsable no son ciertas y no eres culpable realmente.

Sigue trabajando con esos sentimientos y reflexionando hasta que la culpa por cosas que no te pertenecen desaparezcan.

¿Y con las cosas que si tienen que ver conmigo?

Tenemos que convertir esa culpa en responsabilidad, ya que la culpa no te mueve a la acción, es pasiva, la responsabilidad nos dará la solución.

Tomar conciencia y aceptar el error te ayudará a gestionar la situación de manera más efectiva.  

Simplemente acéptalo, no vayas mas allá todavía.

4. Lo más difícil, perdonarte

La culpabilidad tiende a extenderse en el tiempo en el caso de no perdonarte.

Todos fallamos, todos hacemos algo mal y la mayoría de veces no es con malas intenciones.

¡Perdónate!

Te voy a dar 3 claves rápidas para aprender y desarrollar el perdón:

1. Humanizar la situación

¿Nunca te ha pasado que quieres tanto a una persona o la tienes tan idealizada que aunque haga algo mal no lo ves?

La ponemos en un pedestal y de ahí no baja.

Asumir la imperfección del ser humano te ayudará a entender la imperfección en ti y en los demás.

NADIE es perfecto.

Y mucho menos aún esas personas que ves por Instagram con fotos perfectas en sitios preciosos, con parejas espectaculares, un perro más bonito que ninguno y todo lo que tú quieras.

No sabes los problemas e imperfecciones que tiene esa persona y todas las que vemos por las redes.

2. Evita la atribución

¿Qué queremos decir con esto?

Queremos decir que fue un error puntual en un momento puntual, del que aprenderemos todo lo que podamos.

Te resultará imposible perdonarte y ver la intencionalidad de tu acto si atribuyes tu “error” a tu personalidad.

3. Perdonar es una cuestión personal

No esperes a que tu novio, tu madre o tu jefe te perdone, hazlo tú, permítete el error.

No todo el mundo es capaz de perdonar. El rencor entorpecerá nuestro camino muchas veces, pero no debemos depender del perdón de otras personas, dependes de tu perdón.

Aprende a darte tú lo que necesitas

El perdón es una cuestión personal, sólo tú, admitiendo el error y la posibilidad de errar, descargarás peso y verás que realmente existe una satisfacción y liberación cuando consigues aceptar los errores que has cometido.

5. LA TERCERA: ¡LA TRISTEZA!

La tristeza es una emoción básica que nace de la parte más primitiva del ser humano, el sistema límbico, encargado de aquellas emociones relacionadas con la supervivencia. 

Es un estado que activa el proceso psicológico de aceptación de una realidad que nos daña.

Normalmente la tristeza nace cuando nuestros esquemas se ven modificados por una realidad adversa o cuando dejamos de tener algo que nos ha dado felicidad.

Es caracterizada por un sufrimiento que tiene el mismo impacto en el cerebro que el dolor físico ya que la misma región cerebral procesa tanto el dolor físico como el emocional.

Ahora ya sabes qué es, voy a enseñarte cómo acogerla.

¿CÓMO ACEPTO MI TRISTEZA?

Aceptar la tristeza no siempre te va a resultar fácil, estamos tan acostumbrados a ocultar las emociones negativas que a veces incluso las negamos. 

Lo primero que tienes que hacer para que la tristeza no habite en ti permanentemente es, paradójicamente, dejarle pasar.

Invítale a un café☕. Dialoga contigo misma/o, trata de entender a qué se debe su visita y aunque muchas veces no encuentres motivo, estarás dejando que una parte de ti no se reprima y se libere.

Una emoción liberada, nunca permanece.

No te olvides que la tristeza es el transcurso entre el derrumbamiento y la reconstrucción, la asimilación y la preparación.

Sigue leyendo para aprender a exprimir esos recursos que te brinda esta emoción y reconstruirte gracias a ellos.

PASOS PARA GESTIONAR LA TRISTEZA

1. Date un tiempo de recuperación.

Muchas veces solemos echar tierra al agujero para dejar de verlo y aunque la fisura desaparece, la herida sigue ahí.

La herida hay que curarla y eso lleva un tiempo. 

Por mucho que rechacemos la tristeza va a seguir estando ahí. Es más, cuanto más la rechacemos más va a crecer.

La tristeza no mola, eso está claro, pero date un tiempo, el que necesites.

2. Alíviate.

Tu mente es capaz de asumir mejor lo que le causa dolor cuando lo exterioriza 

Esto ocurre porque en nuestras cabezas las oraciones se procesan a una velocidad que obstaculiza la asimilación y comprensión del problema. 

Hay que hablar de lo que duele, para que duela menos.

Háblalo con tus seres queridos, escríbelo si es lo que más te ayuda o háblalo con un profesional si crees que te va a ayudar más, pero alíviate.

4. Permítete recaídas.

El error que cometemos es que pensamos que cuando sentimos alegría tras un episodio de tristeza, todo ha acabado.

Y llega un día donde el recuerdo de algo pasado nos causa tristeza y nos sentimos débiles, y la recaída nos hace creer que estamos de nuevo en la línea de salida.

Pero no, un duelo nunca transcurre en línea recta, sino en círculos constantes hasta que logras encontrar el equilibrio entre recordar y seguir adelante.

Acepta que la tristeza volverá. No podemos estar siempre felices y alegres. Pero cuándo vuelva seremos más fuertes.

Con cada etapa de emociones negativas nos haremos más fuertes con todo lo que estamos aprendiendo en el artículo.

6. ¡ESTO NO ES LA FÓRMULA DE LA FELICIDAD ETERNA!

Imagínate que has aplicado todo lo que hemos visto en el artículo durante mucho tiempo y has mejorado mucho.

Eres capaz de gestionar tus emociones negativas como nadie. ¡Has alcanzado ese superpoder!

¿Cómo te sientes? ¿Te sientes capaz de enfrentarte a todo lo que te pongan?

¿Ahora entiendes la importancia de aprender a gestionar bien tus emociones?

Eso está muy bien, y seguro que te ayuda a vivir más acorde a lo que quieres, pero no te confundas.

Algo que tienes que saber es que aprender a gestionar bien esas emociones negativas y saber enfrentarlas no te promete la felicidad eterna.

La felicidad eterna no existe.

La vida es un ciclo de etapas buenas y etapas malas o mementos buenos y momentos no tan buenos.

Tener este superpoder te ayuda a que la curva no se vaya tanto hacia abajo en los momentos difíciles y además te aportará más autoestima y confianza.

Una persona con más autoestima y confianza y con la seguridad de que si le llegan momentos de estrés, ansiedad, tristeza… Va a saber gestionarlo también disfrutará más de los momentos bonitos y felices.

Por: Marta Melado

 

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