¿Cómo influye la Neuroplasticidad en las decisiones?
Si nos paramos a pensar en nuestros pensamientos y comportamientos, ¿nos creemos libres de decidir o en realidad sólo estamos respondiendo a nuestro cerebro y a nuestros genes? Y aunque sea nuestro cerebro, ¿podemos moldear nuestra neuroplasticidad para satisfacer nuestras voluntades?
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¿Quien ha investigado acerca de la Neuroplasticidad?
Hay opiniones diferentes sobre ese tema.
Por un lado, el etólogo Eibesfeldt dijo que el cerebro humano tiene resistencia a las modificaciones, en parte porque los elementos que se encuentran en el contexto de la persona y en las respuestas a ellos, tienen ya una base que está en el cerebro mismo.
Por otro lado el Nobel Santiago Ramón y Cajal afirmó que el cerebro se puede moldear, si la persona quiere (plasticidad cerebral), pero hay una afirmación de José Ortega y Gasset que dice que la persona es el resultado del encuentro entre su base genética y el ambiente, que en este caso es el ambiente específico donde vive.
La idea más mantenida actualmente es que el cerebro es capaz de seguir moldeándose en base a las experiencias que vaya viviendo.
¿Eres libre a la hora de decidir?
Hay una relación entre decidir con libertad y la acción de uno de los lóbulos del neocórtex, el lóbulo frontal; Este lóbulo se activa cuando tomamos decisiones libres y no en base a decisiones que pueden suponer evaluaciones positivas o negativas.
El lóbulo frontal es la clave que se acciona para tomar decisiones libres y voluntarias, además, cuando no se activa el lóbulo frontal pensamos que estamos eligiendo libremente, pero en realidad no es así.
Estamos utilizando nuestra memoria para elegir entre los datos que ya conocemos para saber si algo es correcto o incorrecto, como si fuéramos esclavos de nuestras acciones antiguas, nuestras conclusiones no son libres.
Lo que pasa es que simplemente utilizamos la memoria para que salgan a la mente los éxitos pasados, y lo que el cerebro evalúa como correcto o incorrecto es una conclusión que saca en base a estas experiencias pasadas.
En definitiva, si el lóbulo frontal no está activado, recurrimos a lo que ya conocemos. No estamos eligiendo libremente, sino que estamos utilizando una respuesta automática, por eso muchas veces, obtenemos resultados similares a los pasados.
Cuestión de genes…o de consciencia
Cada persona tiene genes heredados de los padres, por eso tiene muchas posibilidades de obtener diferentes combinaciones de reacciones a los diferentes estímulos de un particular ambiente donde el ser humano se desarrolla.
Por eso, la posibilidad de moldear nuestro cerebro se hace menos lejana. El problema está en moldear el cerebro conscientemente, puesto que los genes no podemos modificarlos. Lo que podemos hacer, es elegir cómo utilizar las informaciones que llevan, en base a las experiencias que vivimos en un cierto ambiente y así, expresar respuestas y reacciones diferentes.
Es decir, lo que podemos elegir no son las experiencias que vivimos sino el ambiente donde vivir y desarrollarnos.
¿Qué es la neuroplasticidad?
La neuroplasticidad permite desarrollar nuevas habilidades en la persona. Se puede obtener una nueva perspectiva bajo la cual leer la realidad, moldear la estructura del cerebro para la supervivencia, o sea, aprender cual es la mejor respuesta a ciertos estímulos ambientales, en otras palabras, alcanzar nuestros objetivos vitales.
Cómo cambia el cerebro
Cuando un ser humano nace, el número de neuronas que tiene es mayor que cuando su cerebro termina de desarrollarse.
Eso pasa porque se crean conexiones sinápticas entre las neuronas que más utilizamos, y eso sigue hasta a la época de la adolescencia, pero aquí no estamos hablando totalmente de voluntad, porque el cerebro se desarrolla de una o de otra forma en base a los genes y de las experiencias que se viven en un contexto.
Cada estímulo que observamos en la realidad va creando diferentes conexiones neuronales, provocando un impacto a nivel cerebral. No podemos decidir directamente sobre la forma que nuestro cerebro queremos que funcione, pero si podemos elegir las experiencias que queremos que nos repercutan.
Por eso sería recomendable, cuando sea posible, alejarse de elementos negativos y acercarse a las experiencias que deseamos. Enfocar la mente en los objetivos que tenemos, utilizando la determinación, y construir así conexiones neuronales relacionadas con las cosas que deseamos para crear nuevos pensamientos.
La repetición de ideas positivas creará nuevas conexiones neuronales que nos acercarán al éxito que todos deseamos.
Crear habilidades o déficits
El cerebro mantiene tres procesos diferentes de influencia:
- Un primero, donde el desarrollo surge gracias solo a los genes.
- Un segundo proceso, donde el desarrollo se debe al encuentro entre genes y experiencias. Dentro de este proceso, podemos decir que hay experiencias fundamentales en la vida de un niño, por ejemplo la mirada, el contacto físico etc., y si el ser humano en cuestión no vive estas experiencias, las conexiones neuronales que ya tiene preprogramadas en su cerebro desaparecen, de modo que pueden haber discapacidades cognitivas.
- Un tercer proceso, en el cual el desarrollo está influido solo por las experiencias. Respecto a este tercer proceso podemos decir que se pueden crear nuevas conexiones específicas neuronales solo si estamos en contacto con elementos de nuestro contexto, así es como podemos moldear nuestro cerebro, con las experiencias que vivimos. No estamos hablando solo de episodios de la infancia, sino de la vida entera.
Estas modificaciones pueden referirse a desarrollos cerebrales positivos (nuevas habilidades) o negativos (deficit).
La neuroplasticidad es la capacidad de cambio del cerebro y tiene diferentes formas de reaccionar. Gracias a cambios de estructuras ya existentes o gracias a la formación de nuevas estructuras y neuronas. Además, la neuroplasticidad puede también crear trastornos y enfermedades del sistema nervioso.
Moldear nuestro propio cerebro
Podemos reactivar o eliminar viejas conexiones neuronales. Creamos conexiones sinápticas y modificamos el cerebro en cada instante de nuestra vida, la clave es el esfuerzo:
“En un estudio llevado a cabo por Eleanor Maguire en 2000, en la Universidad de Londres, sobre el cerebro de los taxistas de Londres se pudo comprobar mediante scanners cerebrales que el tamaño, y consiguientemente el número de neuronas del hipocampo, era mayor en los taxistas que habían superado la prueba para obtener la licencia…”.
De hecho, el uso de la inteligencia espacial es un ejemplo de neuroplasticidad fundamental para la superviviencia de los humanos primitivos. Hoy no resulta tan importante, pero se puede desarrollar dicha capacidad.
De hecho, el cerebro se modifica según la actividad que desarrollamos y los objetivos que queremos lograr. Según la actividad que desarrollamos, las conexiones sinápticas se fortalecen en esa área específica.
La atención prolongada en una tarea hará que las conexiones del cerebro sean capaces de crear nuevas creencias en la mente más profunda y aprender a entender los deseos que se tienen, como éxitos personales, sociales o profesionales, materiales, etc.
Ayuda tu cerebro a crear nuevas conexiones
Las conexiones entre neuronas hacen que estas neuronas se unan y se activen juntas. Cuando se activa una, se activa la otra también, eso es importante porque así en otras ocasiones se activan con más probabilidad y más veces.
Su activación existirá gracias a su propia actividad pero también gracias a la actividad de las neuronas de su alrededor, con las que han creado conexiones.
Aprendizaje Hebbiano
Esto es lo que se llama “aprendizaje Hebbiano”, que ayuda en el proceso de la memoria.
“Según la Ley de Hebb, cuando un axón de una célula A está suficientemente cerca de una célula B, como para excitarla, y participa repetida o persistentemente en su disparo, ocurre algún proceso de crecimiento o cambio metabólico, en una o en ambas células, de modo tal que la eficacia de A, como una de las células que hacen dispara a B, aumenta”.
Tu puedes crear tu propio destino
Cuando hacemos algo y lo repetimos muchas veces generamos un hábito, llegando a convertirse en una forma de ser o de actuar.
Podemos tener el hábito de hacer algo que nos haga felices o infelices, y seguir sosteniéndolo solo porque, al repetirlo tantas veces mecánicamente, parecemos programados a seguir haciéndolo, todo ello, en base al número de veces que lo hayamos repetido, creando así sistemáticamente una forma de ser y un aprendizaje.
Aprender o desaprender es cuestión de neuroplasticidad. La sinapsis o contacto entre neuronas se refuerza, incluso se hace permanente, con el uso prolongado, porque las neuronas hacen siempre el mismo camino. El cuerpo se habitúa, el camino neuronal deja cada vez más guías y las neuronas memorizan el camino.
El aprendizaje Hebbiano vale por una mínima parte de las neuronas, porque en un cierto momento de la vida la mayoría de estas se desarrolla gracias a las experiencias que se eligen, o sea, la modificación voluntaria de nuestro cerebro para crear nuestro destino.
Esta modificación puede llegar a crear o eliminar circuitos y redes de neuronas, en base a estar en contacto con elementos de la vida que nos gustan y a no estar en contacto con elementos que no nos gustan y todo esto gracias a la corteza prefrontal, que, respecto a las otras áreas del cerebro, es la que se desarrolla con un proceso más lento.
¿Y si el cerebro tiene rigidez?
Puede pasar que lo que aprendemos no nos hace felices y nos encontramos esclavos de una rigidez en nuestro cerebro a causa de repetir sistemáticamente una misma cosa, porque tal vez así nos lo han enseñado o así lo hicimos y nos sirvió en un momento.
Pero ahora cambiar una rígida sinapsis neuronal puede necesitar mucho tiempo, esfuerzo y consciencia, porque el cerebro quiere volver al camino conocido porque así se lo hemos enseñado.
Hablamos de plasticidad cerebral
La plasticidad es la que nos permite hacer y cambiar nuestras acciones, vivir una vida diferente a la que tenemos. Sin embargo, la neurorigidez se genera cuando se utilizan solo las conexiones sinápticas preestructuradas por nuestro cerebro sin crear nuevas, desembocando en una incapacidad para aprender o asimilar cosas nuevas.
Gracias a la ayuda del córtex, podemos crear conexiones neuronales relacionadas con cosas que nos gustan y eliminar conexiones relacionadas con cosas que no nos gustan , llegando así a la felicidad.
Modificar lo que te limita para ser quien eres
Crear nuevos aprendizajes significa saber que tenemos la capacidad de crearnos cada día como queremos, cambiar las estructuras que nos limitan.
Cuanto más hayamos repetido algo, más difícil será alcanzar el cambio, pero gracias a la neuroplasticidad, el cerebro activa nuevas combinaciones y se acostumbra a hacer lo que queremos.
Si generamos un cambio con la consciencia a través del tiempo, llegaremos a ser personas nuevas, consiguiendo estar más cerca de quienes queremos ser, o, de quienes somos de verdad.
Es verdad, no somos libres a la hora de tomar decisiones, pero es importante saber usar la voluntad