Muchas veces nos preguntamos cómo podemos controlar los atracones de comida en ciertos momentos del día y sobre todo, a que se debe esta enorme ansiedad que nos empuja a comer compulsivamente como si no hubiera un mañana, ganar peso y empeorar nuestro estado de salud.
Esta ansiedad parece difícil de controlar, pero siguiendo varias pautas y escogiendo mejores alimentos podemos conseguir que el resultado no sea tan catastrófico.
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¿Hambre o ansiedad?
El principal problema que tenemos es que muchas veces no sabemos diferenciar si lo que nos empuja a abrir la nevera es hambre o ansiedad; y esto es lo primero que debemos aprender a diferenciar.
Generalmente cuando tenemos hambre sentimos cansancio, falta de concentración, notamos el estómago vacío, nos hace ruido o incluso podemos llegar a sentir molestias intestinales. Además, nos apetece cualquier tipo de comida y no sentimos un fuerte antojo hacia un alimento en particular.
En el caso de la ansiedad ocurre lo contrario. Solemos vernos inclinados a comer platos más grasos, dulces o alimentos procesados poco saludables, y tenemos antojo de algo en particular (y no suele ser una ensalada).
En estos casos suele haber alguna causa emocional, algún pensamiento o emoción que nos lleva a sentir esa ansiedad y a comer compulsivamente para calmarla y que acto seguido nos hace sentir culpables.
Pautas a seguir para controlar la ansiedad, y evitar los atracones.
1 -Trabaja tu fuerza de voluntad
Cuando nos dicen que debemos seguir un plan dietético o nos dicen que no nos demos atracones es muy fácil contestar: “no tengo fuerza de voluntad”. Lo peligroso de esta afirmación es que cuando pronunciamos estas palabras nos las creemos y pensamos que no seremos capaces.
Por suerte, la fuerza de voluntad es algo que se trabaja y aunque creamos que no tenemos, la podemos adquirir. Podemos decidir no levantarnos del sofá e ir a la nevera y podemos escoger comer una manzana en lugar de un donut. Claro que esto puede no conseguirse de la noche a la mañana, y hace falta adoptar otras pautas para reforzar esa fuerza de voluntad.
Debemos tener siempre en cuenta que “No comer lo que nos apetece en cada momento no supone una pérdida de libertad, todo lo contrario, comer lo que nos apetece en cada momento supone ser esclavos de nuestros instintos”
2 – Aprende a identificar la causa emocional de esa ansiedad
Generalmente, la ansiedad es originada por una o más emociones. Es importante identificar que emoción (tristeza, enfado, rabia, ira, aburrimiento) es la que te genera ansiedad.
Además esa emoción irá ligada a ciertos pensamientos (injusticia, culpabilidad, impotencia) que a su vez tendrán su origen en cierta situación de nuestra vida con la que no estamos cómodos.
Conociendo estas emociones, pensamientos y situaciones causantes de nuestra ansiedad, podremos convencernos a nosotros mismos de que la solución no es la comida, y reforzar de este modo nuestra fuerza de voluntad.
3 – Solucionar la causa emocional
En lugar de darnos atracones para “callar” esa ansiedad, la respuesta la encontraremos solucionando la causa inicial, llegando al origen de estas emociones; a la situación que la desencadena.
Puede que nos aburramos por las tardes en casa porque no tenemos hobbies, puede que nuestra pareja no nos dedique el tiempo que a nosotros nos gustaría, o que nos hable mal, o puede que nos hayamos enfadado con algún amigo/a.
En el momento que llegamos a este punto, en la mayor parte de los casos, basta con una conversación para solucionar el problema o con un cambio de perspectiva.
4 -Incluir alimentos en nuestra dieta que disminuyan la ansiedad
Alimentos ricos en triptófano, vitaminas de tipo B, magnesio o zinc pueden mejorar nuestra ansiedad. Puedes obtener información más detallada sobre este tema en este enlace.
5 – Elegir alimentos menos calóricos
- Opciones dulces: la mejor opción por excelencia sería la fruta; una manzana o una pera podría saciarnos bastante y es mucho más saludable que tomarnos una ensaimada o atiborrarnos de chocolate. Optar por yogur desnatado edulcorado también sería una buena opción.
- Opciones saladas: hay muchas verduras y hortalizas poco calóricas, fácilmente accesibles y apetecibles como los pepinillos, los palmitos o los espárragos de bote que podemos considerar como aperitivos salado y que son poco calóricos.
Seguir estas pautas puede ayudarnos a controlar los atracones y la ansiedad cuando éstos son moderados, pero en muchos casos, sería conveniente contactar con un Dietista-Nutricionista Graduado, y en el caso de que la ansiedad sea severa, recurrir a un Psicólogo para que nos puedan ayudar.
Gracias Gloria para estos consejos, ahora entiendo muchas cosas, que tengas un feliz dia 🙂
Es muy dificil para mi aguantar cuando tengo atracones, pero voy a intentar poner en práctica estos consejos