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¿Quieres saber cómo caer bien a las personas? ¿Te preocupa caer bien a tu suegra? ¿A tu jefe o jefa? ¿A esos amigos de tus amigos que te presentan en la comida de los domingos? ¿Alguna vez has deseado hacer algo para causar una mejor impresión o mejorarla pero no sabías cómo?

Sigue leyendo y podrás dar respuesta a estas preguntas, aprender qué cosas valoran más las personas para considerar que alguien les cae bien, conocer herramientas útiles que poner en marcha para conseguirlo y saber por qué nos inquietan este tipo de cosas.

¿Por qué queremos caer bien (según la ciencia)?

Si estás aquí seguramente sea porque uno, te importan mucho las relaciones con las personas, y dos, dedicas tiempo a reflexionar en ello y en pensar cómo actuar.

Tienes que saber que es algo natural y que este interés atiende a una necesidad social de afiliación.

Ya lo recogía Johnmarshall Reeve, esta necesidad nos impulsa a elaborar conductas, pensamientos y emociones que tienen que ver con el acercamiento, establecimiento y mantenimiento de las relaciones sociales.

El acercamiento se basa, principalmente, en dos orientaciones, una más relacionada con aspectos positivos como la necesidad de participar en relaciones cálidas, cercanas y positivas; y otra con negativos, así como la necesidad ansiosa por establecer, mantener y restaurar relaciones interpersonales.

Es decir, no siempre nos acercamos a la gente desde la tranquilidad y el deseo de disfrutar de esa interacción, a veces podemos acercarnos para dar una buena impresión guiados por el miedo a ser rechazados, y a no dar la impresión a los demás que nos gustaría.

¿Estás pensando desde dónde te relacionas? ¿Más desde el deseo o desde la ansiedad?

¡Te felicito! Conocer nuestros puntos fuertes y no tan fuertes, nos hace ver un camino claro que tomar a la hora de poner el foco en las cosas que pueden mejorar y tener un camino claro para saber cómo conseguir nuestros objetivos.

Para que te hagas una idea, estas son algunas de las afirmaciones que caracterizarían esa parte más insegura desde la que nos podemos relacionar:

  • Temo que las demás personas me desaprueben
  • Me relaciono con la gente porque me da miedo quedarme solo
  • Busco que los demás reafirmen mis ideas
  • Tengo miedo a que me rechacen

Cuando nos acercamos a alguien desde este prisma negativo, solemos obsesionarnos porque las cosas salgan como queremos. Esta actitud de inseguridad y ansiedad puede ser notada por las personas a las que nos gustaría caer bien y tener el efecto contrario al que deseábamos al principio.

Sin embargo, solemos tener un efecto muy positivo sobre los demás cuando nos acercamos a ellos desde la seguridad y la confianza en nosotros mismos. Esto hace que lo que nos mueva sea sobretodo disfrutar de esas interacciones y aprovechar los beneficios que tienen por sí mismas, y no como forma de evitar algo desagradable como puede ser la desaprobación, el rechazo o la soledad.

Veamos una situación donde podríamos ver esta diferencia de aproximaciones:

Imagina que tu amigo te acaba de presentar a su familia y te dan a probar el pastel de fresa que han hecho especialmente para ese día y te desagrada bastante ese sabor.

En esta situación, podríamos adoptar una actitud pasiva, no decir nada y comernos el pastel, o podríamos decir de forma más asertiva que valoramos mucho que hayan horneado ese dulce para nosotros, pero que el sabor de fresa no es vuestro favorito.

Así expresamos de forma libre lo que queremos y aunque a priori puede parecer algo arriesgado, en general a la gente le gusta más alguien que es capaz de expresar sus deseos de esta forma, respetando al otro y siendo honesto, en lugar de por ejemplo mentir o no decir nada para agradar a las otras personas.

Para ser capaz de hacer esto, necesitas ser asertivo y defender tus intereses valorando y haciendo sentir entendida a la otra persona.

Si te interesa desarrollar más esta habilidad, aquí ampliamos  y te ponemos más ejemplos para que puedas practicar cómo ser asertivo.

Qué Tienen Las Personas Que Caen Bien

Quizás alguna vez te hayas preguntado por qué unas personas caen mejor que otras, ésta es una pregunta cuya respuesta incluye factores bastante diversos.

No existe un prototipo único de persona que da buena impresión a la gente. Somos seres únicos, con deseos, gustos, expectativas y valores diferentes, y por tanto, esperaremos y nos gustarán cosas distintas.

Pero no te preocupes, no todo escapa de nuestras manos. Existen también algunos patrones y características en las cuales coinciden las personas cuando les preguntan qué tiene alguien que les cae bien.

  • Honestidad: Ser trasparente, bondadoso/a, auténtico/a y sincero/a
  • Positividad: Ser sonriente, divertido/a, alegre, simpático/a
  • Calidez/cercanía:  Ser agradable, amable, atento/a, espontáneo/a
  • Carisma: Ser atractivo/a, seguro/a, interesante, creativo/a

Encontramos una gran variedad de estos atributos, que también tienen cosas en común y podemos agrupar con un sentido.

En definitiva, a la gente le gusta alguien que les transmite positividad.

No te agrada demasiado alguien que se está quejando constantemente, ¿verdad? Sin embargo, nos gusta estar cerca de las personas que nos hacen reír, que tienen un gesto entusiasta en su rosto y que por tanto nos hace experimentar emociones también positivas.

De esta forma, vamos asociando estas sensaciones a las personas y es más probable que volvamos a querer interactuar con ellas y sigamos estableciendo y manteniendo la relación social.

De igual forma, nos sentimos mejor con personas que consideramos cálidas, y agradables. La sensación de que el otro está pendiente de nosotros, nos tiene en consideración y se preocupa por lo que nos ocurra hace que percibamos a esa persona como confiable.

A parte, a las personas les parece más atractivo que alguien sea en cierto modo distinto, que marque la diferencia y sea de alguna forma sorprendente. De alguna manera, nos gusta que nos causen impacto y nos aporten algo nuevo y excitante.

Todo esto no se entiende sin un atributo clave: la honestidad.

Por mucho que nos esforcemos en sonreír, en lanzar mensajes positivos a los demás, en ofrecerles nuestra ayuda si la necesita; si esto no es percibido como verdadero, no vamos a causar ningún impacto positivo, de hecho puede ser contraproducente y hacernos ver como alguien falso y deshonesto.

Seguramente te habrás identificado más con algunos atributos que otros. No tienes que ir analizando uno a uno, explorando cuales ‘ te faltan’ para incorporarlos a tu vida y poder caer bien a las personas de tu alrededor.

Tómate esta información más como un mapa que te puede orientar para saber cuáles de tus recursos personales puedes desarrollar, mostrar y cómo. Porque aquí la clave no es ser más creativo, sino mostrar a los demás la creatividad natural que poseemos.

Porque al final para los demás somos lo que les comunicamos que somos.

Para conseguirlo, te propongo que pruebes a poner en marcha algunas sencillas conductas que tienen que ver con las características que hemos visto y que pueden hacerte más atractivo/a para el otro.

Este es el inicio, ¡y te animo a seguir y crear más!

  • Para ser más honesto/a: Revela algo sobre ti mismo/a a alguien que acabes de conocer.
  • Para ser más positivo/a: Desea un buen día a tu familia
  • Para ser más cálido/a y cercano/a: Ofrece un café a tu compañero/a de trabajo
  • Para ser más carismático/a: Enseña las fotografías (cualquier cosa artística) que haces a algún amigo/a. 

Cómo Marcar la Diferencia

Como hemos dicho anteriormente, el impacto, el marcar la diferencia es un factor importante a la hora de caer bien.

Todo el mundo puede dar los buenos días o preguntar por cómo ha ido el fin de semana pero,  ¿qué me hace único/a?

Para poder aprovechar al máximo esta cualidad, te planteamos un par de ejercicios súper útiles que te permitirán explorar dentro de ti y tu entorno, para poder descubrir cuál es tu marca personal, la esencia que te caracteriza y de la que podrás partir para causar más impresión a la gente, y poder así gustar más.

Conócete desde dentro: ÉXITOS

Haz una tabla con varias columnas que representen diferentes ámbitos de tu vida. Te proponemos que dividas por social/personal y laboral/formativo.

En la primera fase, escribirás los éxitos que hayas tenido en cada uno, más o menos costosos, hace 5 años o dos días, todo es importante y debes tenerlo en cuenta. Cuando decimos éxito, nos referimos a aquellas cosas que te hayan hecho experimentar emociones positivas y satisfacción.

Social/personal Laboral/formativo
Logré superar una enfermedad

 

(Valiente, capaz, fuerte, positivo/a, tener capacidad de superación)

Conseguí un ascenso

 

(Luchador/a, Exigente, Comprometido/a, inteligente, maduro/a, perseverante)

En la segunda fase, escribirás los atributos que piensas que te fueron necesarios para conseguirlos. No te quedes en los básicos, tienes que explorar concienzudamente qué te hizo impulsarte realmente y hacerte lograr tus objetivos para así conocerte de manera más profunda.

Conócete desde fuera: Atributos sociales

Por otro lado, haremos el mismo ejercicio de exploración pero esta vez poniendo el foco en la gente que nos rodea. Así, preguntaremos a 10 personas de nuestro entorno que nos definan con 5 atributos positivos en base a la experiencia que hayan tenido con nosotros.

Seguramente veamos que algunos se repiten. Bien, esto nos indica cómo nos proyectamos al exterior y nos da una pista sobre las razones por las que destacamos y somos más queridos por la gente.

Aprovechemos pues esta información para potenciar esos atributos e identificar otros con los que quizás también nos identificamos pero que no tienen el impacto que nos gustaría y favorecerlos también.

Las 3 claves para aprender cómo caer bien a las personas

PRIMERO. Invierte tú: Autorrevelación

Según la Teoría de la Penetración Social planteada por Altman y Taylor, una relación social se desarrolla conforme sus integrantes van intercambiando información sobre sí mismos.

Al principio, esta información es más superficial (no me gustan las lentejas) y con el tiempo y la confianza se acaba compartiendo también cuestiones más personales y privadas (me da miedo la soledad).

Además, existe evidencia de que las personas que revelan aspectos íntimos de sí mismos tienden a caer mejor a la gente y es probable que resulten personas más atractivas, que quienes revelan menos.

No sólo eso, gracias al principio de reciprocidad propuesto por Cialdini, será previsible que aquella persona a quien contamos algo sobre nosotros, también sienta el deseo de hacerlo, lo cual fomentará un tono positivo en la relación y la vinculación entre vosotros.

Teniendo en cuenta esto, te animamos  a compartir algo la próxima vez que estés con alguien a quien quieras caer bien.

Te planteamos algunos ejemplos que podrás tener en cuenta como guía orientativa porque, ¡recuerda! Es importante que atiendas y te adaptes al contexto en el que te encuentras y tengas en cuenta también las características de tu interlocutor/a a la hora de hacer alguna autorrevelación.

Persona desconocida Me da miedo volar

 

Amigo Me preocupa la enfermedad de mi padre

 

Pareja Estoy sintiendo esto por ti

 

Jefe/a Mi pasión es la psicología, cómo lo vivo

SEGUNDO. Invierte en el otro: Temas vinculantes

Nos gusta alguien que nos pregunta de forma sincera por nosotros e invierte tiempo en conocernos.

Aquí la clave es que la otra persona perciba que tenemos interés y queremos saber de ella, cómo es, qué piensa, qué le gusta, qué experiencias vitales ha tenido, por qué cosas siente ilusión, etc.

Aunque seamos seres únicos y hayamos vivido experiencias distintas en nuestra vida, existen una serie de temas que son relevantes para todo el mundo, sea por unas causas u otras. Te enseñamos algunos:

  • INFANCIA: Es inevitable no haber pasado por esta etapa. Y aunque las vivencias sean más o menos positivas, han sido importantes, para definir quién somos hoy en día y por tanto se convierten en algo relevante de lo que hablar y con lo que poder compartir momentos.
  • FAMILIA: De igual manera, la familia es un pilar fundamental en la vida de una persona. Sea en la ausencia o en la presencia, la familia ha sido la arquitectura.
  • AMISTADES: Suelen ser personas que cobran también mucha importancia en nuestra vida, decimos que es la familia que elegimos y nos suelen acompañar en momentos destacados de nuestra vida. Van evolucionando con los años y pueden ser distintos dependiendo de la etapa vital en la que nos encontremos. Por todo ello es algo interesante de lo que hablar que nos hará conocer más a los demás.
  • MIEDOS: Es una de las emociones básicas y ha formado parte de nuestra naturaleza humana mucho antes de que empezáramos a serlo. Todos sentimos miedo por algo y tenemos preocupaciones. Desde las más básicas como tener miedo a las abejas hasta las más existenciales como el miedo a la muerte. Por ello es un tema fascinante que tratar y con el que conocer más a alguien.
  • ILUSIONES: Quién no tiene sueños, piensa en el futuro y tiene planes que desea cumplir. Esta es la parte que nace desde nuestro yo más ambicioso, que nos hace fantasear y aspirar a cosas que son importantes para nosotros, algo que también nos podrá aportar mucha información sobre el otro.

Como podrás haber imaginado, al hablar de estos temas, las conversaciones tomarán un tinte emocional, y no nos centraremos meramente en cuestiones racionales.

Apelando a esta parte afectiva, estaremos mostrando partes de nosotros que seguramente serán recibidas por el otro como un tesoro y nos harán ser más deseados y valiosos para ellos.

TERCERO. Crear espacios comunes: La comunicación emocional

Muchas veces contamos nuestras vacaciones enumerando las cosas que hemos hecho, decimos lo que nos gusta, por ejemplo el básquet, contando las veces que lo practicamos a la semana. Hablamos de cómo somos haciendo alusión a lo que tenemos.

Aunque esto suponga enviar información a la gente con la que nos relacionamos, es complicado realmente calar en alguien con este tipo de mensajes basados en un contenido más racional. Además, es más difícil crear ese espacio dónde compartimos cosas y nos sentimos cerca, hablando por ejemplo de los coches que tengo.

También es útil compartir elementos más racionales, como podría ser buscar un hobbie en común cuando hablamos con alguien.

Esto hará que tengamos algo de lo que hablar y pueda surgir una conversación relativamente interesante pero es un recurso algo limitado y no podremos utilizarlo con todo el mundo, ya que no tenemos por qué coincidir en lo que hacemos con nuestro tiempo.

Por ello, la mejor baza con la que contamos, será apelar a la emoción. Puede que tú practiques básquet, y yo fotografía, pero ambos nos sentimos libres cuando lo hacemos. Esta y un sinfín más de sensaciones y afectos pueden ser compartidos por muchos de nosotros, siento fruto de actividades o pensamientos muy diversos.

De esta forma, crearemos un ahora especial, en el que nos podremos sentir cerca y aumentar nuestra confianza en el otro, lo que fomentará que se sigan compartiendo experiencias, sensaciones, incluso sobre ese mismo momento (me encuentro cómodo/a contigo), y por tanto, gustaremos más a esas personas.

Como hemos visto, se puede decir que tenemos una tendencia natural a vincularnos y a relacionarnos con los demás y por eso nos preocupa que las personas a nuestro alrededor tengan una concepción positiva de nosotros.

Aunque tenemos muchas cosas en común como seres humanos y nos parecen relevantes cosas similares, contamos con otras características y otros matices que nos hacen especiales y portadores de cosas muy valiosas a aportar a las personas de nuestro entorno.

En este punto, es muy importante no caer en la obsesión. Corremos el riesgo de creer que para conseguir dar una buena impresión debemos cambiar nuestra forma de ser, ser otra persona, forzar una serie de comportamientos que de otra manera no haríamos, adoptando así un rol que no encaja contigo.

La clave es trabajar desde nuestro propio potencial, desarrollar habilidades y aptitudes que creíamos que no teníamos, aprendiendo así nuevas destrezas, formas y caminos de conseguir nuestro objetivo de dejar huella en los demás, pero sin cambiar nuestra esencia.

Así, conseguiremos vivir siendo fieles a uno mismo y sintiéndonos coherentes con lo que hacemos y lo que somos.

No olvides los beneficios…

  • Lograr crear más impacto en quien conocemos
  • Relacionarnos desde el bienestar
  • Recrearnos disfrutando de nuestras relaciones sociales
  • Conocerte mejor, a través de ti mismo/a y de tu entorno
  • Conseguir unas relaciones sociales más profundas y ricas

Join the discussion One Comment

  • Jose dice:

    Muy muy bueno! La necesidad de socialización es innata a los seres humanos. Pero la base es tener una comunicación efectiva que nos permita ser asertivos y empáticos. Existen multitud de técnicas o herramientas para desarrollar nuestra habilidad comunicativa: desde la escucha activa, a la comunicación no violenta. Según cómo gestionemos nuestra capacidad expresiva lograremos mejorar nuestras relaciones y nuestro entorno, ya sea laboral, familiar o de cualquier tipo.
    Pero al final esto no trata de una estrategia o de aprender unos cuantos tips, sino de integrar ese aprendizaje de nosotros mismos y de los demás. Esto es, entender que cada realidad es distinta, como determina la PNL con los conceptos de mapa de la realidad y territorio. Cuando empezamos a ser conscientes que debemos comunicarnos como medio para equilibrar nuestras vidas, la comunicación fluye y nuestras relaciones con los demás (y con nosotros mismos) mejora muchísimo.
    Me ha encantado el artículo!!

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